¿Por qué nos cuesta conectar con nuestro placer? Desde pequeñas, hemos crecido con la idea de que el placer es un tema tabú, algo secundario o incluso innecesario en la vida de una mujer. Se nos ha enseñado que el deseo femenino debe ser medido, discreto o, en algunos casos, inexistente. Como resultado, muchas de nosotras hemos aprendido a ignorar, minimizar o incluso temer a nuestro propio placer.
Pero el placer no es solo una experiencia física; es una expresión de nuestra energía vital y nuestra conexión con nosotras mismas. Cuando esta energía se bloquea o reprime, no solo impacta nuestra intimidad, sino también nuestra autoestima, nuestra creatividad e incluso nuestra capacidad de disfrutar la vida con plenitud.
Si alguna vez has sentido que tu deseo se ha apagado, que tu conexión con tu cuerpo es distante o que el placer es algo que simplemente no encaja en tu día a día, es posible que haya creencias y hábitos arraigados que te han llevado a esta desconexión.

¿Qué es la energía sexual femenina?
La energía sexual femenina es un concepto poco explorado, que a menudo se asocia solo con el deseo o la atracción, pero en realidad, es una fuerza que impulsa nuestra vitalidad, creatividad y bienestar emocional.
Desde una perspectiva holística y espiritual, esta energía se considera una manifestación de la feminidad en su estado más puro, vinculándose con el segundo chakra, el centro de la sensualidad y la creatividad. En el tantra, se entiende como un canal para la expansión de la conciencia, donde el placer no es solo un impulso biológico, sino una puerta hacia una conexión más profunda con nuestra esencia.
Sin embargo, esta energía muchas veces queda bloqueada o reprimida, lo que genera sensaciones de desconexión, insatisfacción y hasta frustración. Pero, ¿qué nos lleva a este bloqueo?
Creencias que nos alejan del placer
Gran parte de la desconexión con nuestra energía sexual femenina viene de creencias limitantes que han sido transmitidas de generación en generación. Algunas de las más comunes incluyen:
El placer es un lujo, no una necesidad.
Muchas de nosotras hemos crecido creyendo que el placer es algo superficial o egoísta, que hay otras prioridades más importantes como el trabajo, la familia o las responsabilidades diarias.
Hablar de sexualidad es incómodo o vergonzoso.
La falta de educación sobre el placer femenino ha llevado a que muchas de nosotras sintiéramos culpa al explorar nuestro propio cuerpo.
Si no hay pareja, no hay deseo.
Se nos ha enseñado a que el placer solo debe existir dentro de una relación, lo que limita la posibilidad de descubrirlo desde el autoconocimiento.
Estas creencias, además de influir en la manera en que vivimos nuestra sexualidad, afectan nuestra autoimagen, seguridad y bienestar emocional.

Señales de un bloqueo en tu energía sexual
Cuando la energía sexual no fluye libremente, pueden aparecer distintos síntomas físicos y emocionales que afectan nuestro bienestar general:
- Desconexión con el cuerpo: Sentirnos distantes de nuestro propio cuerpo, viéndolo solo como una herramienta funcional y no como una fuente de placer o bienestar. Esto puede hacer que nuestra sensualidad pase a un segundo plano, afectando la autoestima y la relación con la feminidad.
- Disminución del deseo: No sentir interés por la intimidad o verla más como una obligación que como un espacio de disfrute. Esto puede estar influenciado por la fatiga, la falta de tiempo o el estrés diario, lo que lleva a que la sexualidad se vuelva monótona o poco estimulante.
- Inseguridad y autoimagen afectada: Cuando no nos permitimos sentir placer, también limitamos la forma en que nos vemos y valoramos. Esto puede generar inseguridades sobre el propio cuerpo, especialmente después de cambios físicos como la maternidad o el envejecimiento, haciéndonos sentir menos atractivas o deseables.
- Cansancio emocional y creatividad bloqueada: La energía sexual está conectada con la vitalidad y la expresión creativa. Cuando se reprime, podemos sentirnos estancadas, sin inspiración y sin energía para disfrutar de las cosas que antes nos motivaban.
- Dificultad para conectar con la pareja o evitar la intimidad: El placer es una forma de comunicación y conexión. Cuando lo evitamos o lo vivimos con culpa, la relación con la pareja puede volverse distante, generando frustración o sensación de desconexión emocional.
Identificar estos bloqueos es el primer paso para comprender cómo influyen en nuestra vida y empezar a cuestionarlos.
¿Y si viéramos el placer de otra manera?
¿Qué pasaría si en lugar de verlo como un tema superficial o tabú, entendiéramos el placer como un canal de bienestar y autoconocimiento?
Cuando nos permitimos reconectar con nuestra energía sexual femenina, no solo transformamos nuestra intimidad, sino que impactamos muchas otras áreas de nuestra vida:
- Nuestra autoestima mejora al sentirnos más cómodas en nuestro cuerpo.
- Nuestra creatividad se despierta, ya que esta energía está directamente relacionada con la expresión y la pasión.
- Nuestras relaciones se fortalecen, al poder compartir la intimidad desde un lugar de seguridad y autenticidad.
- Nuestro bienestar emocional se expande, al permitirnos disfrutar sin culpa ni presión.
Pero el primer paso es reconocer que el placer es nuestro derecho y nuestra fuente de energía.

Placer y bienestar emocional
Reconectar con nuestra energía sexual femenina no es solo una cuestión de intimidad, sino también de bienestar emocional. Estudios han demostrado que las mujeres con una vida sexual satisfactoria tienen un 55% más de probabilidades de reportar altos niveles de autoestima y equilibrio emocional. Esto significa que el placer no es solo algo opcional o complementario en nuestra vida, sino una fuente de seguridad, confianza y plenitud.
Cuando nos permitimos experimentar el placer sin culpa, fortalecemos la relación con nosotras mismas y con el mundo que nos rodea. Nos sentimos más cómodas en nuestro cuerpo, más conectadas con nuestra esencia y más libres para expresar lo que realmente queremos y necesitamos.
Si te has sentido identificada con alguno de los bloqueos que mencione antes, recuerda que tu energía sexual femenina no desaparece, solo se esconde bajo capas de creencias, hábitos y experiencias acumuladas a lo largo del tiempo. Este es solo el primer paso para reconocer que el placer no es un lujo ni una meta inalcanzable, sino una parte fundamental de tu identidad y bienestar.
¿Qué ideas o creencias te han alejado de tu propio placer? Reflexiona sobre ellas y permítete descubrir un camino más libre y consciente hacia tu bienestar.
