El Deseo Sexual Femenino: Claves para Potenciarlo y Disfrutar

Conforme nosotras las mujeres envejecemos, el deseo sexual femenino tiene de dos a tres veces más probabilidades de experimentar cambios en comparación con el deseo sexual masculino. Sin embargo, estos cambios en la libido no son detectables de forma inmediata, sino que se desarrollan gradualmente a medida que la mujer envejece. Estos cambios son influenciados por diversos factores, como los cambios hormonales, el embarazo y el aumento de las responsabilidades familiares, los cuales suelen manifestarse a medida que se transita de los 20 a los 40 años.

¿Qué es el deseo sexual femenino?

El deseo sexual femenino, también conocido como libido, es la combinación del interés que tenemos como mujeres hacia el sexo y nuestra identidad sexual. Cumple la función de impulsarnos a buscar la satisfacción de nuestras necesidades sexuales, que son tan básicas como comer o dormir. El deseo sexual se compone de tres aspectos interrelacionados:

El impulso sexual

Se manifiesta a través de pensamientos y fantasías sexuales, atracción erótica hacia otras personas, búsqueda de actividad sexual o sensaciones placenteras en la zona genital. El deseo sexual varía considerablemente de una mujer a otra e incluso puede fluctuar en un mismo día, influenciado por nuestras actividades diarias, el nivel de estrés y nuestra salud.

Expectativas sobre la actividad sexual

Las experiencias sexuales, creencias y valores de cada una de nosotras influyen en la actitud hacia el sexo. Esta actitud se ve moldeada por su cultura, creencias religiosas, familia, compañeros y entorno circundante. Cuanto más positiva sea la actitud hacia el sexo, mayor será el deseo de participar en actividades sexuales.

Motivación a ser sexual

Este componente implica la disposición de cada mujer a comportarse de manera sexual en un momento específico y con una pareja determinada. La motivación para el deseo sexual está influenciada por factores emocionales e interpersonales, y representa el aspecto más complejo y posiblemente el más importante del deseo sexual femenino. A menudo, se requiere una conexión emocional para que la mayoría de las mujeres experimenten deseo sexual.

Motivacion

La importancia de cultivar un deseo sexual saludable

Mantener un deseo sexual saludable es fundamental para el bienestar y la calidad de vida de nosotras, las mujeres. Por eso a continuación, exploraremos las razones que hacen que sea de suma importancia:

  • La autoexploración y el autoconocimiento, son dos elementos fundamentales de un deseo sexual saludable, ya que nos permite a nosotras las mujeres, explorar y comprender la propia sexualidad, establecer una conexión con los deseos y necesidades sexuales, y mejorar la comunicación con la pareja en busca de la satisfacción personal. Este proceso fomenta un sentido de empoderamiento y autonomía en la vida sexual.
  • El equilibrio emocional está estrechamente relacionado con un deseo sexual. Cuando se experimenta un deseo sexual adecuado, puede generarse una sensación de plenitud y bienestar emocional. Esto, a su vez, contribuye a la reducción del estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo general.
  • El fortalecimiento de la relación es una consecuencia directa de mantener una líbido equilibrada. El deseo sexual mutuo y compartido juega un papel fundamental en las relaciones íntimas. Al mantener un deseo sexual saludable, se fortalece la conexión emocional y física con la pareja. Además, se promueve la comunicación abierta y la complicidad en la relación, lo que genera una mayor intimidad y satisfacción mutua.
  • La salud física y el bienestar son beneficiados por un deseo sexual saludable. La actividad sexual regular asociada a un deseo sexual saludable mejora la circulación sanguínea en la zona genital, fortalece los músculos del suelo pélvico y promueve una mejor lubricación vaginal. Estos aspectos contribuyen a una vida sexual más cómoda y placentera, y a mantener una buena salud sexual en general para la mujer.
  • El sentido de vitalidad y juventud se ve influenciado por un deseo sexual activo y satisfactorio. Sentirse atractiva y deseada eleva la autoestima y genera una actitud más positiva hacia la vida en general. El deseo sexual actúa como un recordatorio de la capacidad y la energía que una mujer tiene para disfrutar de una vida plena y satisfactoria en todos los aspectos.

¿Qué factores afectan el deseo sexual?

El deseo sexual puede ser influenciado por una variedad de factores, tanto biológicos como psicológicos, que pueden alterar la intensidad y frecuencia en cualquier etapa de la vida. La ansiedad y la depresión, por ejemplo, pueden tener un impacto en el deseo sexual de nosotras las mujeres, y algunos medicamentos, incluyendo antidepresivos, pueden tener efectos secundarios que inhiben nuestro deseo sexual.

Las hormonas también desempeñan un papel importante en el deseo sexual. A medida que se envejece, los niveles de hormonas sexuales como la testosterona, el estrógeno y la progesterona tienden a disminuir de forma natural, lo que puede afectar el deseo, la excitación y el orgasmo. Estos cambios hormonales pueden variar en su impacto de una mujer a otra.

deseo sexual femenino

“El Estrés es el Mayor Asesino Sexual”, Jennifer Landa, MD

Cómo identificar la disminución del deseo sexual en las mujeres

El término médico utilizado para describir un bajo deseo sexual y la falta de interés en el sexo es el «trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH)» o «trastorno de excitación/interés sexual femenino». Aunque tener un bajo deseo sexual no necesariamente constituye un problema, puede afectar tanto la relación de pareja como la autoestima sexual de la mujer. En la mayoría de los casos, las mujeres que suelen estar más preocupadas por los cambios en su libido son aquellas que se encuentran en una relación de pareja, atraviesan la mediana edad o pueden experimentar sentimientos de depresión.

Además, existen otros factores que también influyen en la preocupación por la falta de deseo sexual, como la incontinencia urinaria, la ansiedad y los problemas para alcanzar el orgasmo.

Síntomas de un deseo sexual femenino bajo

Los síntomas de un bajo deseo sexual en nosotras, las mujeres, pueden manifestarse de diferentes maneras. Algunos de los síntomas comunes incluyen:

  1. Falta de interés en participar en cualquier actividad sexual, incluyendo la masturbación.
  2. Ausencia de fantasías o pensamientos sexuales.
  3. Preocupación por la falta de actividad sexual y el cambio en el deseo.
  4. Desinterés o falta de iniciativa para iniciar encuentros sexuales.
  5. Ausencia de placer durante el sexo o la estimulación genital.
  6. Dificultad para experimentar excitación o lubricación vaginal durante el sexo o la estimulación sexual.
  7. Evitar situaciones o encuentros sexuales.

Causas físicas de un libido bajo

El bajo deseo sexual puede tener diversas causas físicas. Algunas de las causas comunes incluyen:

  • Dispareunia: Dolor durante las relaciones sexuales.
  • Anorgasmia: Dificultad para alcanzar el orgasmo.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos, como antidepresivos, antihipertensivos, anticonceptivos, anticonvulsivantes y antipsicóticos, pueden afectar el deseo sexual.
  • Consumo excesivo de alcohol y drogas alucinógenas.
  • Enfermedades: Condiciones como la esclerosis múltiple, la hipertensión y el tabaquismo crónico pueden disminuir el flujo sanguíneo en el cuerpo, incluidos los genitales.
  • Condiciones de salud crónicas: Diabetes, hipotiroidismo, artritis, anemia, enfermedades cardiovasculares, trastornos endocrinos y neurológicos pueden influir en el deseo sexual.
  • Menopausia: Niveles disminuidos de estrógeno durante la menopausia pueden afectar el deseo sexual.
  • Endometriosis y fibromas: Estas condiciones pueden impactar el impulso sexual en las mujeres.
  • Dolor crónico o físico asociado con una afección médica.
  • Cambios hormonales durante el embarazo o en el periodo posparto.
  • Fatiga o agotamiento físico debido a una carga de trabajo agotadora, responsabilidades familiares o escolares.
libido bajo

Causas psicológicas de un libido bajo

El bajo deseo sexual puede tener diversas causas psicológicas. Algunas de las causas comunes incluyen:

  • Ansiedad o depresión.
  • Estrés.
  • Cambios en la imagen corporal, como aumento o pérdida de peso.
  • Baja autoestima.
  • Antecedentes de abuso físico o sexual.
  • Experiencias sexuales negativas.
  • Mala comunicación entre la pareja en cuanto a necesidades y preferencias sexuales.
  • Problemas de confianza, infidelidad o conflictos en la relación de pareja.
  • Educación sexual inadecuada y creencias erróneas sobre el sexo.

Como activar el deseo en una mujer

Establecer ciertos cambios en el estilo de vida, pueden marcar una gran diferencia en el deseo sexual femenino:

Hacer ejercicio

Realizar ejercicio aeróbico de manera regular y entrenamiento de fuerza, aumentan la resistencia, mejoran la imagen corporal, impactan en el estado de ánimo y aumentan la libido, generando una mejor lubricación, un incremento de la irrigación sanguínea a los genitales y la liberación de algunas hormonas que generan energía, placer y bienestar como la adrenalina, noradrenalina y endorfinas.

Si la causa de la falta de deseo es la autoestima baja o algún problema de salud mental como la depresión, las clases de boxeo son ideales ya que esta disciplina deportiva, aumentarán la confianza y seguridad de una manera significativa.

Los ejercicios de piso pélvicos también ayudan de manera significativa, contraer y relajar los músculos del interior de la vagina, aumentan la cantidad de sangre que llega a esta región, mejorando el tono de estos músculos que son los responsables de la contracción durante el orgasmo.

Manejo del estrés y la ansiedad

Las mujeres con un horario de trabajo intenso, responsabilidades económicas u otras tensiones de la vida diaria pueden sentirse fatigadas y, como resultado, tener un bajo deseo sexual.

Aprender a manejar el estrés de manera positiva aumentará el deseo sexual femenino. Ejercicios como el yoga, pilates o la meditación son unas de las mejores formas de combatirlo.

Una vez que haya lidiado con todo el estrés, el cuerpo se relajará y se podrá recuperar la libido intacta.

Comunicación en pareja

Las parejas que aprenden a comunicarse de una manera abierta y honesta generalmente mantienen una conexión emocional más fuerte, lo que puede conducir a una mejor relación sexual. Hablar sobre lo que les gusta y lo que no, puede preparar el escenario para una intimidad sexual más satisfactoria.

Cada mujer, sin importar cuán ocupada esté, debe pasar al menos 20 minutos de conversación con su pareja. Este tiempo debe ser solo para la pareja y no interrumpido por las redes sociales o cualquier dispositivo electrónico.

Tiempo para la intimidad

Muchas parejas en ciertos puntos de la relación experimentan una pausa en el deseo sexual y la frecuencia del sexo, y esto puede ocurrir después de estar con alguien por mucho tiempo.

Centrarse en revivir la intimidad es una muy buena forma de aumentar la libido femenina. Programar el sexo puede sonar aburrido, pero hacer de la intimidad una prioridad puede ayudar a volver a encarrilar el deseo sexual.

Experimentación sexual

En ocasiones el sexo se vuelve aburrido y gradualmente se pierde interés. En este punto, darle picante a la vida sexual podría ser de gran ayuda para abordar la disminución de la libido.

Probar una posición sexual diferente, una hora diferente del día o un lugar diferente para el sexo, puede mejorar el apetito sexual, porque tener mejores experiencias sexuales aumenta indudablemente el deseo sexual de una persona y esto se puede logar pasando más tiempo en los juegos previos, tocando, besando, implementando juegos de roles, usando juguetes sexuales o practicando sexo oral.

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Sueño de buena calidad

Dormir bien, al menos 8 horas continuas durante la noche anterior, mejora nuestro estado de ánimo, los niveles de energía y aumenta el deseo sexual del día siguiente. Entre más largo sea el periodo de sueño, mejor será la excitación genital.

El sueño ayuda a relajar los nervios y, a su vez, ayuda al cuerpo a funcionar normalmente. Cuando el cuerpo duerme menos y está más estresado, se reduce el deseo sexual y, por lo tanto, dormir lo suficiente o tomar siestas cuando sea posible, además de tener una dieta rica en proteínas, es de gran ayuda para aumentar el deseo sexual.

Alimentación nutritiva

Seguir una dieta nutritiva regula los niveles hormonales del cuerpo y beneficia nuestro deseo sexual femenino al promover la buena circulación y la salud del corazón.

Comer una dieta rica en vegetales, baja en azúcar y alta en proteínas magras ayuda a prevenir los trastornos que afectan la libido. Además de eliminar alimentos que disminuyen la circulación sanguínea como las carnes rojas y las grasas saturadas.

Eliminar los malos hábitos

Fumar, ingerir drogas ilegales y el exceso de alcohol pueden disminuir nuestro deseo sexual. Eliminar estos malos hábitos ayuda de manera significativa a impulsar el deseo sexual y mejorar la salud general.

Fumar cigarrillos tiene un impacto negativo en el sistema cardiovascular, disminuyendo la irrigación sanguínea y afectando el funcionamiento sexual. Dejar de fumar aumentara los niveles de energía y el deseo sexual femenino. 

Exposición al sol

Exponerse al sol al inicio de la mañana y al final de la tarde, proporciona grandes beneficios para la salud sexual femenina.

El calor provoca vasodilatación, lo que aumenta el flujo de sangre en el cuerpo y aumenta la producción de óxido nítrico, uno de los neurotransmisores que favorecen la respuesta sexual, provocando erecciones en nuestro clítoris.

La producción de vitamina D que genera la exposición al sol, también tiene efectos sobre los estrógenos. Este aumento hormonal de estrógenos influye en el proceso de excitación y aumenta nuestro deseo sexual.

Los niveles de oxitocina también aumentan gracias a las altas temperaturas que hay en el ambiente. No se produce en grandes cantidades como cuando se tiene un orgasmo, pero sí aumenta considerablemente su producción despertando la excitación sexual.

Cultivar la sensualidad y la conexión emocional

Involucrarse en actividades que promuevan la sensualidad, como masajes, bailes íntimos o expresión artística, puede despertar el deseo sexual. Además, trabajar en fortalecer la conexión emocional con la pareja, a través de gestos de cariño, momentos de calidad y expresiones de afecto, puede nutrir la intimidad y avivar el deseo.

cultivar la sensualidad

¿Qué se siente cuando aumenta el deseo sexual en una mujer?

Cuando el deseo sexual aumenta en una mujer, se pueden experimentar una serie de cambios en el cuerpo y en las sensaciones. Algunos de los signos y sensaciones comunes incluyen:

  • Cosquilleo o hormigueo en la zona genital, que puede generar una sensación de excitación y sensibilidad.
  • Aumento de la temperatura corporal y, en ocasiones, sudoración, como respuesta fisiológica al aumento del deseo sexual.
  • Hinchazón del clítoris y los labios de la vulva debido al aumento del flujo sanguíneo, lo que puede intensificar la sensibilidad y el placer.
  • Aumento de la lubricación vaginal, facilitando el disfrute y la comodidad durante la actividad sexual.
  • Aceleración de los latidos del corazón y aumento de la presión arterial, señales de mayor excitación y estimulación.
  • Respiración más agitada o entrecortada, reflejando la intensidad del deseo y el aumento de la excitación.
  • Aumento del tamaño de las pupilas de los ojos, como respuesta natural a la estimulación y la excitación sexual.
  • Sensación de plenitud y endurecimiento de los senos y los pezones, producto del flujo sanguíneo y la estimulación erótica.
  • Aumento de los pensamientos o fantasías sexuales, reflejando el mayor interés y la estimulación mental hacia el sexo.
  • Liberación de feromonas, sustancias químicas naturales que emanan un olor característico y pueden influir en la atracción sexual.
  • Comportamiento más coqueto y seductor de lo normal, mostrando una actitud más juguetona y tentadora en el contexto sexual.

En el caso que, la falta de deseo persista o se vuelva recurrente y además cause angustia, se debe consultar con el médico.  No se debe subestimar el efecto que una disminución del deseo sexual femenino puede tener en el bienestar y en la calidad de vida de nosotras como mujeres.

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